La storia della Santa Spina di Petilia Policastro inizia nel 1523

A la sombra de los grandes arboles de la Sila Pequeña que corre paralela a la costa iónica, en un silencio religioso roto solo por los sonidos de la naturaleza y por el gorjear de los pájaros, está una pura gema, el Santuario franciscano de la Santa Espina, que guarda el campanario del siglo XIV y una iglesia enriquecida en tesoros de arte.

El Santuario nace del antiguo eremitorio de Santa María Eremitana, fundado en el signo XIX por eremitas en un bosque del marqués Nicolò Ruffo. En un primer momento el eremitorio parecía una modesta vivienda para pocos religiosos, con una iglesita contigua sencilla y vetusta. Eso fue gestionado por los Cartujos de San Bruno de Colonia. Después de los eremitas, el eremitorio pasó a los Benedictinos y posteriormente al Orden de los Cisterciences; luego a los Basilianos alrededor del año 1000. Después de 1320 pasó en mano de los Franciscanos con la denominación de Santa María de La Gracia y más tarde con el nombre de Santa María de los Frailes.

El Santuario, noto porqué guarda la reliquia de la guirnalda de Jesús Cristo, cuyo nombre es Sagrada Espina, que en el año 1523, (antes colocada y venerada en la Capilla del Castillo de Borbón en París), de Francia fue llevada a esta esquina de la naturaleza, en el verde intenso del Castanetum donde llegó el 22 de agosto. Está aclarado históricamente que la reliquia fue donada por la Reina de Francia, la Beata Juana de Valois, mujer del Rey Luis XII, a su confesor Padre Dioniso Sacco, religioso franciscano, el que había sido enviado a Francia para estudiar teología y era originario de Policastro (el cual más tarde fue proclamado Obispo de Reims). El mismo, al borde de la muerte, la envió por su sobrino y cofrade Ludovico Albo a su Convento de origen: Santa María de los Frailes en Policastro. El Santuario, llamado posteriormente de la Sagrada Espina, hoy es en auge, la reliquia está venerada en todo el Marquesado. El lugar es el destino continuo de peregrinación, sobretodo por los pueblos vecinos. El claustro, la grande huerta, el bosque que rodean el lugar, son todas estaciones místicas que confortan a los peregrinos durante su descanso, a encontrar paz y a meditar en la Pasión de Jesús Cristo para lo hombres (cf. Giglio G., Capolavori d’arte nei conventi dei Frati Minori di Calabria, Calabria Letteraria, 2019). El Convento y la Iglesia han acogido lo Frailes Menores durante muchos años, y propio por las características del sitio, aquí se realizó el noviciado de numerosos jóvenes que aspiraban a la vida religiosa siguiendo el ejemplo de Francesco de Assisi y que se han formado y templado en el espíritu a través de la gracia del lugar.

 

Los Frailes, en 1980, debido a la reducción del número, dejaron el Convento, que ha sido encomendado por años a la diócesis de Crotone y de Santa Severina. Hoy el Convento está habitado por la Familia Mariana Las Cinco Piedras, que continúa la tradición de fe del Santuario, el cuidado y la animación de las fiestas, la acogida de los peregrinos. En los más profundo de la noche, bajo las estrellas y en la luz lunar, el Santuario de La Sagrada Espina abarca puro y evocador en un escenario de belleza y de espiritualidad que no espera otra cosa que mostrarse y ofrirse al hombre de hoy necesitado de refugio de la contaminación del Mundo.

La Sagrada Espina, faro e impulsor de religiosidad

A la sombra de los grandes arboles de la Sila Pequeña que corre paralela a la costa iónica, en un silencio religioso roto solo por los sonidos de la naturaleza y por el gorjear de los pájaros, está una pura gema, el Santuario franciscano de la Santa Espina, que guarda el campanario del siglo XIV y una iglesia enriquecida en tesoros de arte.

El Santuario nace del antiguo eremitorio de Santa María Eremitana, fundado en el signo XIX por eremitas en un bosque del marqués Nicolò Ruffo. En un primer momento el eremitorio parecía una modesta vivienda para pocos religiosos, con una iglesita contigua sencilla y vetusta. Eso fue gestionado por los Cartujos de San Bruno de Colonia. Después de los eremitas, el eremitorio pasó a los Benedictinos y posteriormente al Orden de los Cisterciences; luego a los Basilianos alrededor del año 1000. Después de 1320 pasó en mano de los Franciscanos con la denominación de Santa María de La Gracia y más tarde con el nombre de Santa María de los Frailes.

El Santuario, noto porqué guarda la reliquia de la guirnalda de Jesús Cristo, cuyo nombre es Sagrada Espina, que en el año 1523, (antes colocada y venerada en la Capilla del Castillo de Borbón en París), de Francia fue llevada a esta esquina de la naturaleza, en el verde intenso del Castanetum donde llegó el 22 de agosto. Está aclarado históricamente que la reliquia fue donada por la Reina de Francia, la Beata Juana de Valois, mujer del Rey Luis XII, a su confesor Padre Dioniso Sacco, religioso franciscano, el que había sido enviado a Francia para estudiar teología y era originario de Policastro (el cual más tarde fue proclamado Obispo de Reims). El mismo, al borde de la muerte, la envió por su sobrino y cofrade Ludovico Albo a su Convento de origen: Santa María de los Frailes en Policastro. El Santuario, llamado posteriormente de la Sagrada Espina, hoy es en auge, la reliquia está venerada en todo el Marquesado. El lugar es el destino continuo de peregrinación, sobretodo por los pueblos vecinos. El claustro, la grande huerta, el bosque que rodean el lugar, son todas estaciones místicas que confortan a los peregrinos durante su descanso, a encontrar paz y a meditar en la Pasión de Jesús Cristo para lo hombres (cf. Giglio G., Capolavori d’arte nei conventi dei Frati Minori di Calabria, Calabria Letteraria, 2019). El Convento y la Iglesia han acogido lo Frailes Menores durante muchos años, y propio por las características del sitio, aquí se realizó el noviciado de numerosos jóvenes que aspiraban a la vida religiosa siguiendo el ejemplo de Francesco de Assisi y que se han formado y templado en el espíritu a través de la gracia del lugar.

Los Frailes, en 1980, debido a la reducción del número, dejaron el Convento, que ha sido encomendado por años a la diócesis de Crotone y de Santa Severina. Hoy el Convento está habitado por la Familia Mariana Las Cinco Piedras, que continúa la tradición de fe del Santuario, el cuidado y la animación de las fiestas, la acogida de los peregrinos. En los más profundo de la noche, bajo las estrellas y en la luz lunar, el Santuario de La Sagrada Espina abarca puro y evocador en un escenario de belleza y de espiritualidad que no espera otra cosa que mostrarse y ofrirse al hombre de hoy necesitado de refugio de la contaminación del Mundo.

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Convento, Santuario della Santa Spina di Petilia Policastro

Contatti

(39) 351 995 4513

info@santaspina.it

Indirizzo

Località Santa Spina, Petilia Policastro, Italy

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